En estos días hemos tenido el placer de conocer al escritor, poeta y filósofo holandés Wil Heeffer, que ha venido a nuestra sede a entregarnos dos libros que ha escrito en relación a Francisco Brines. El señor Heeffer está traduciendo poemas de Brines al holandés y nos ha pedido nuestro apoyo para la consecución de dicha tarea. En Holanda todavía no es bastante conocida la obra de Brines, por lo que nos interesa dicha traducción que nos ayudará a introducir su obra en dicho país.
A continuación las palabras del propio Wil Heeffer relatando su paso por Elca:
Conduciendo por un paseo bordeado de palmeras, llego a la casa de la infancia de don Francisco Brines. Escondida entre naranjos. Al llegar, un agradable saludo con Rosa, Gloria e Isabel. Estas dos últimas hacen un inventario de la inmensa colección de libros y obras de arte de Brines. Rosa está vinculada a la Fundación Francisco Brines. Más tarde llega el informático, Víctor. En todo, la casa respira vida y obra de su último ocupante en donde su obra nunca muere.
La casa sorprende al visitante. Abajo las estancias públicas en las que nos da la bienvenida la majestuosa escalera. Esta conduce al piso superior y al ático. En ese piso superior, observo asombrado el estudio de Brines con la cabeza de su padre entre los libros a la izquierda de su escritorio. Una biblioteca está llena de libros y manuales antiguos. Quedan muchas anotaciones escritas a mano, porque Brines lo escribía todo a mano con una caligrafía hermosa y clara.
Mientras contemplo obras de arte como las del cubano Wilfredo Lam y deambulo junto a algunas obras de Juan Miró, avanzamos por la zona de recepción hasta la escalera que es casi como una entrada secreta escondida entre las habitaciones. Esa escalera conduce al ático donde en el pasado las palomas solían alojarse y arrullar. Ahora es un tesoro de la poesía y el arte. Como en el resto de la casa, las paredes aún vacías, están plagadas de obras de arte. El amor por el arte, la tauromaquia y los libros y, por supuesto, los poemarios en muchos idiomas respira toda esta planta de la casa, el ámbito privado del poeta. Aquí, el habla enmudece y se pasea por los ojos del residente a través de las palabras que viven y cantan a la vida en cada tono. Es un mundo donde las palabras nunca callarán y los recuerdos del poeta premiado mantienen vivo su espíritu. Lo que se experimenta es el ideal soñado de todo amante de los libros. Son las huellas en que reviven las palabras: ‘y al volver la vista atrás, se ve la senda’ que nunca se volverá a pisar».
25-2-2025, https://wilheeffer.com/
Esperemos que pronto se desbloquee el proceso de licencias y acondicionamiento para poder abrir la casa de Brines al público. De momento seguimos velando por la conservación y puesta en valor de su legado.
Rosa Mascarell Dauder
https://rosamascarell.art/